Venezuela: temen a que violenten el convoy de ayuda humanitaria

Feb 22, 2023 | 0 Comentarios

Encuentro de voluntarios para entregar asistencia realizado en Caracas, Venezuela, el sábado

Es probable que el esfuerzo de la oposición para entregar alimentos y medicinas cruzando el Río Táchira se enfrente a una fuerza potencialmente letal

Febrero de 2019

Gideon Long

Cuando los voluntarios de la oposición traten de cruzar desde Colombia a Venezuela este fin de semana en su intento por entregar ayuda humanitaria, probablemente los estén esperando una fuerza despareja pero grande y potencialmente letal para repelerlos.

Los militares de Venezuela prometieron detener la asistencia en la frontera, parte del intento del presidente Nicolás Maduro de frustrar lo que él dice es un plan liderado por EE.UU. para derrocarlo y reemplazarlo por Juan Guaidó, el líder de la oposición y presidente de la Asamblea Nacional.

Guaidó se declaró presidente interino el mes pasado, con el respaldo de Estados Unidos y otros países. El martes, el ministro de Defensa de Maduro, el general Vladimir Padrino, dijo que el que trate de tomar la presidencia “tendrá que pasar sobre nuestros cadáveres”.

Las fuerzas que comanda Padrino son relativamente modestas: 140.000 oficiales divididos entre el ejército, la marina, la fuerza aérea y la Guardia Nacional Bolivariana, que es la policía militar. En comparación, Colombia tiene tres veces ese número, está mucho mejor equipada y cuenta con el respaldo de Estados Unidos.

Pero en Venezuela el gobierno podría recurrir a una vasta milicia civil, una brutal fuerza especial conocida por la sigla FAES, y a cientos de bandas llamadas colectivos, algunas de las cuales están armadas.

Es esta potente mezcla la que posiblemente esté al acecho de los voluntarios cuando crucen la ayuda por el Río Táchira para ingresar en Venezuela este sábado, según Guaidó y el gobierno estadounidense.

En términos numéricos, la milicia bolivariana es la mayor amenaza para los convoys. Está compuesta por cerca de 1,7 millones de civiles, 6% de la población, que afirman que tomarán las armas para defender a Venezuela y su régimen socialista que lleva 20 años en el poder.

Algunos son hombres de avanzada edad; otros son jóvenes sin experiencia. Sin embargo, aún así los milicianos tienen una motivación ideológica. “Tenemos la preparación, el entrenamiento y la organización para salir y defender a la patria en cualquier momento y en cualquier terreno”, dijo el teniente primero José Rafael Marrero durante un reciente desfile en Caracas. “Somos un complemento de las fuerzas armadas”, agregó mientras inspeccionaba un variopinto grupo de reclutas, algunos en uniforme, otros en jeans y remera roja.

Una amenaza más letal aunque menor para los voluntarios que trasladarán la ayuda son los oficiales de la Fuerza de Acciones Especiales o FAES y los miembros de los colectivos. Según Gustavo Tarre Briceño, enviado de Guaidó ante la Organización de Estados Americanos (OEA), ambos grupos se han movilizado hacia la frontera.

Creada por Maduro en 2017, la FAES es el integrante más nuevo del aparato de la seguridad estatal, pero ya tiene reputación de fuerza letal. Los vecinos de los barrios pobres han informado sobre operativos de la FAES en los que hombres encapuchados y vestidos de negro entran en las viviendas a la noche, secuestran opositores al gobierno y matan gente. La semana pasada, el Tesoro de EE.UU. agregó al responsable de esa unidad a la lista de individuos sancionados, diciendo que la fuerza es “conocida por sus brutales métodos”.

Keymer Ávila, profesor de criminología de la Universidad Central de Venezuela, contó que las fuerzas estatales mataron a casi 5000 personas en 2017, el último año del que se tienen cifras. Eso es equivalente a 14 asesinatos por día. Describió eso como “una masacre donde la FAES es un participante clave”.

Más recientemente, la unidad encabezó las medidas represivas contra las manifestaciones en apoyo a Guaidó. “No los entrenan para contener las marchas sino para hacer ataques letales”, dijo Ávila. “Por lo tanto, las consecuencias pueden ser fatales”.

Los colectivos son más difíciles de definir. Inspirados en los Comités para la Defensa de la Revolución cubanos, se suponía que incentivaban el bienestar social por ejemplo, aplicando mano dura contra el tráfico de drogas, si bien informan sobre los opositores al gobierno. Actualmente, algunos colectivos se ven inofensivos, pero otros deambulan por las calles en motos aterrorizando a los residentes. “Pueden ser civiles, delincuentes comunes, grupos paramilitares, o una mezcla de todo eso”, explicó Ávila.

En las zonas más pobres de Caracas, los colectivos marcan su territorio con graffitis. En las sinuosas y estrechas calles del barrio 23 de Enero, por ejemplo, los colectivos Tres Raices, Vanguardia Zamorano y Montaraz han dejado su marca. “Somos pacíficos pero otros colectivos son más radicales y violentos”, aseguró William Pacheco de Montaraz. “No estamos armados, pero muchos de nosotros somos miembros de la milicia y llegado el caso, defenderemos nuestro territorio soberano”.

Por ahora, no queda claro qué pasará este fin de semana. Guaidó y Donald Trump, el presidente de EE.UU., pidieron a las fuerzas armadas venezolanas que les permitan ingresar la asistencia humanitaria. Trump advirtió que corren “el riesgo de perder todo” si se resisten. Maduro prometió “otro Vietnam” si Norteamérica usa la fuerza para destituirlo.

En Washington, Tarre Briceño reiteró su idea de que funcionará el plan de cruzar alimentos y medicamentos por el Río Táchira. En una conferencia de prensa la semana pasada, aseguró: “No necesitamos un Plan B porque el Plan A va a funcionar”.

Publicado originalmente en: Cronista

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